En este espacio 3 claves son suficientes para convertirlo en el hogar ideal: muebles de madera, color blanco y un toque de frescor. Un apartamento en Gotemburgo que preserva  las características preciosas de la época como sus techos altos y sus molduras y las habitaciones increíblemente amplias.

No hay rincón que no me llame la atención, cada estancia está decorada buscando el confort y la calidez y, sin ser una decoración especialmente minimalista, ya que en este apartamento sí que encontramos bastantes detalles y accesorios, aún así la sensación de orden y armonía está presente por todas partes. El blanco como base acentúa la claridad del hogar que, en su mayoría es luz natural que entra a través de las ventanas y de la coqueta terraza de la cocina.

Una vivienda seguro que muy vivida, un montón de libros, pinturas y hasta una guitarra eléctrica, seguro que su inquilino es una persona extremadamente intelectual y, por lo que se ve, ha sabido conjugar a la perfección una cuidada decoración con el almacenamiento de todos sus materiales necesarios para su día a día.

Silla Wishbone, natural 

Y el dormitorio especialmente grande, de hecho dispone de librería y escritorio. En él se aprecia una atmósfera cálida y familiar gracias a la combinación de materiales naturales y cálidos como la manta de lana de la cama, la bonita silla en madera natural y la discreta planta colocada junto al escritorio. 

Se trata de un espacio juvenil, acogedor y lleno de frescor, ya que en todas las habitaciones encontramos plantas verdes que completan la decoración. 

Cesto Nordic, natural

Vía.

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