Una casa nórdica con pinceladas rústicas que hacen de ella una vivienda de lo más acogedora y confortable. Y diréis, bueno pues otro apartamento más de estilo escandinavo, la mayoría de ellos son confortables, luminosos, sofisticados… Pero este es realmente especial, este esconde un tesoro en su cocina: una preciosa pared de mosaico.
Esta tendencia de los mosaicos no es nueva, y es que las conocidas como 'baldosas hidráulicas, son un revestimiento artesanal para suelo y paredes que vivió su época de esplendor en los comienzos del siglo XX. Actualmente nos encontramos composiciones de lo más originales, ya que hay quien recupera las baldosas, las restaura y las dispone combinando diferentes diseños en un mismo suelo o pared.
Además, en este sencillo apartamento nos encontramos una cálida tarima en madera de roble natural que cubre todas las estancias de la casa, techos altos y grandes ventanales en el salón, la cocina y el dormitorio, que iluminan el hogar de manera natural.
Y a parte de la maravilla del mosaico, me encanta el mix de estilos utilizado, como por ejemplo el sofá estilo “norway”, combinado con piezas de aire vintage como la máquina de escribir y otras de inspiración rústica, como la mesita de centro auxiliar.
Son pequeños detalles que hacen de este apartamento con cierto aire masculino (debido a las oscuras tonalidades escogidas para la decoración) y junto al tesoro que se esconde en la cocina, una casa escandinava diferente y especial.

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