Recuperar, reparar, construir, reciclar o modificar son cosas que nos encanta hacer. Y todavía más si el instrumento para hacerlo son nuestras propias manos, sin ayuda de expertos ni profesionales. Por esta razón, lo que hoy te traemos es algo para que cojas tu kit te arremangues y te manches las manos: ¡manualidad para adultos!

Se trata de un DIY fácil, rápido, práctico y que aportará un toque muy original y personal a tu decoración. ¿De qué hablamos? De darle un nuevo uso a una puerta vieja convirtiéndola en una mesa. Tomando buenas elecciones, el resultado puede ser brillante. Aquí tienes un adelanto:

Pero primero, es necesario la teoría.

¿Qué herramientas necesitarás? Brocha, espátula, lana de acero, lija, pincel, cepillo de cerdas, taco de lijar, formón.

¿Y qué materiales? Decolorante, cera de emplastecer, insecticida para carcoma en spray, imprimación al agua, pasta para madera.

Y, por supuesto… ¡una puerta! Puede que tú o algún familiar tenga alguna que haya dejado de hacer bien su función. Pero si no, no te preocupes porque un paseo por algún mercadillo o rastro solucionará tu falta.

#1. LIMPIAR LA PUERTA

Lo primero que tenemos que hacer es devolverle a la madera su estado natural. Para ello, utilizaremos decapante. Una capa de decapante denso será suficiente si la puerta está barnizada, pero si está pintada, aplicaremos tantas capas como de pintura tenga. Lo aplicaremos en movimientos circulares (con brocha gruesa) y lo dejaremos aplicar de 15 minutos a 2 horas.

Para conseguir un acabado perfecto, retiraremos los restos de material con una espátula y con lana de acero empapada en alcohol.

#2. PREPARA LA MADERA

El siguiente paso será darle un buen lijado a nuestra puerta para lograr el mismo nivel en toda la superficie. ¡Pero ojo! Cuidado, hay que lijar en el sentido de la veta de la madera, para evitar arañarla y estropearla. Con un trapo húmedo retiraremos el polvillo generado en el lijado.

Si tenemos suerte, la preparación previa al pintado de nuestra puerta ya estaría finalizado. Pero, dependiendo de la edad y ubicación que tenía nuestra puerta, se pueden plantear problemas a solucionar en esta fase. ¿Manchas y humedades? Haremos uso de decolorante para madera. ¿Carcoma? Aplicaremos insecticida en spray en todos los huecos que se vean y en toda la puerta en general. Luego, utilizaremos el formón para rellenaremos con cera de emplastecer.

#3. PINTAR LA PUERTA

Antes de pintar, es recomendable aplicar (con un pincel nuevo) una capa de imprimación selladora para cerrar el poro. Mientras se seque, ¡podemos pensar el color para nuestra nueva mesa! La pintura sintética es muy buena opción: muy duradera. Pero requerirá previamente una pintura base y disolvente para eliminar restos. Aplicaremos, al menos, dos capas de pintura y, entre ellas, lijaremos concienzudamente y pasaremos un paño humedecido para conseguir un acabado perfecto.

Por lo que respecta al soporte de la mesa, tenéis total libertad para decidir qué os encaja más: ¿patas?, ¿caballetes? A continuación os dejamos unas inspiradoras ideas:

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Comentarios (1)

    • Silvia Fernández
    • 2017-06-29 07:28:31
    Hermosas prácticas me encanta los dedos akires a las cosas felicitaciones