A la diseñadora y bloguera Amelia Widell y a su hija se les dibuja una sonrisa cada vez que cruzan la puerta de entrada de su casa. O, por lo menos, eso es lo que nosotros nos imaginamos. Porque viviendo en una casa así, ¿a quién no se le ocurriría sonreír? Se encuentra en Estocolmo, Suecia, y su personalidad y elegancia nos ha cautivado. ¿Pasamos a verla?

El rosa, el púrpura y el azul son los colores estrella de una casa que se atreve a mezclar la esencia del estilo de diferentes lugares del mundo. Algunos espacios nos transportan a un loft neoyorkino, como la cocina, otros detalles aportan un aire parisino y algunas piezas de decoración clave nos recuerdan a la magia del estilo oriental o marroquí. Es una casa elegante, femenina, romántica, vintage y ecléctica.

Llegamos al salón y una sencilla estantería viste la pared frontal. Una estantería, como hemos dicho, sencilla, pero cargada de cuadros amontonados, libros envejecidos, jarrones y figuras. Todo ello colocado sin orden, sin ninguna ley, sin ninguna norma. Delante de ella, un sofá y un precioso sillón, ambos tapizados en terciopelo de dos colores poco habituales para estos muebles: rosa y púrpura. Pero las piezas clave del salón son, sin duda, la lámpara de techo y la lámpara de arco. Especiales, distintas y únicas. Aportan mucho carácter a este bonito espacio.



Llegamos a la habitación principal, donde el azul se convierte en protagonista. Unas ligeras cortinas caen hasta el suelo. Una cama de infarto acompañada de un cabecero velvet nos llama a gritos. Un bonito diván invita a sentarse en él con un buen libro. Y esas son algunas de las cosas de esta habitación que perfectamente podríamos encontrar en un lujoso hotel. Elegante, romántico y cálido a la vez. Y el toque vintage lo ponen la misma lámpara que veíamos en el salón, el aparador y espejo y la vitrina cuyo interior lo ocupan decenas de pares de zapatos. Lo que esconde en su interior nos encanta, pero por fuera nos gusta todavía más.

Por último, el refugio de Luca, la hija de la diseñadora. En tonos tierra y rosas, estahabitación es igual de acogedora y femenina que el resto de la casa. Y lo mejor: muy ordenada. Todo tiene su lugar. Las piezas de almacenaje están pensadas para que, además de hacer correctamente su función, hagan la habitación aún más bonita. La cama de Luca es mágica. Como mágica también es cada esquinita de tu habitación. Guirnaldas, bolas chinas y lucecitas cuelgan del techo para hacerla todavía más encantadora.

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