Si tuviera que describir el Mediterráneo de alguna manera, lo haría con esta encantadora vivienda de Formentera. Una maravillosa casa blanca almidonada en esta isla paradisiaca, ideal para descansar junto al mar.

La casa, adornada y abrazada por un sinfín de buganvillas, se encuentra en un tranquilo rincón envuelto en silencio, a menos de un kilómetro de la playa. Es un hogar abierto, un oasis de frescura, con enebros, pinos y el intenso aroma de romero que perfuma el ambiente. Un patio interior que es, sin duda, el lugar ideal para descansar de tanto sol y disfrutar de una sombra durante las horas de más calor.

La casa se funde con el exterior y está llena de luz, los interiores de aire romántico decorados en tonos pastel, rosas, verdes, tonos frescos y materiales naturales, como la madera natural, telas vaporosas y los accesorios justos para aportar estilo y comodidad a la casa.

Se trata de una vivienda familiar, está preparada para disfrutar tanto en pareja como con toda la tropa… Una cocina completa que tiene salida al porche,  dormitorios con ventanas y balcones por los que dejar entrar la luz y la brisa del mar Mediterráneo y una ducha en el exterior, porque uno de los mayores placeres del verano puede que sea este, poder bañarnos al aire libre y sentir esa libertad y esa ausencia de pudores que nos persiguen el resto del año.

Vía.

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