Cuando preguntamos acerca del estilo nórdico, descubrimos que, como a nosotr@s, gusta mucho, mucho. Sin embargo, mucha gente ve en él un toque de frialdad que les hace no querer apostar por él para su hogar. Hoy queremos romper el mito de que estilo nórdico es sinónimo de frialdad y, ¿cómo lo queremos hacer? A través de esta bonita casa.

Existen muchos recursos y elementos con los que podemos jugar para dar calidez a nuestro hogar, siendo uno de ellos los colores. O si no, ¡mirad esta casa! Este espacio diáfano que abre la cocina al salón nos parece una estancia de lo más dulce, fresca y cálida, a pesar de que son los grises, negros y blancos los colores que la impregnan. Entonces, ¿cómo consigue endulzarnos? No solo lo hace esa pedazo de mesa con un desayuno tan apetecible sino también lo hace incorporando la dosis perfecta de color mint, desde sus tonalidades más oscuras hasta las más pasteles. Muebles, textiles, complementos… el mint llega a cualquier lugar y siempre con un resultado positivo: ¿no os parece una joya la nevera SMEG en mint?

Silla Italy, blanca

Silla Tolix, verdeagua

Taburete Tolix, verdeagua

La base neutra de colores y los detalles mint, se complementa con detalles rústicos que aporta la madera del suelo y los complementos y muebles de fibras naturales. La mayor evidencia de esta mezcla de estilo la encontramos en los suelos del salón y la cocina. De un bonito suelo de madera pasamos a un, aún más bonito, suelo hidráulico en la cocina.

Lámpara Workshop L, verde

Perchero Button, blanco

Se respira la misma estética en toda la casa, incluso en el baño, donde azulejos se combinan con madera y donde blancos, negros y grises lo inundan todo, incluso el suelo. Solo el dormitorio rompe con la esencia de la casa, donde el negro se convierte en protagonista y una pared de ladrillo nos sorprende dando un toque industrial a la habitación.

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